June 2008
Contestando Mas Preguntas
Una persona me preguntó que si pesaba menos tal vez podría correr más rápido. Mi velocidad – o falta de velocidad – no es por mi tamaño. Perdí la velocidad por las lesiones en mis piernas, muslos entre 1998 y 2001. Yo no necesito perder peso. Siempre he estado en las 215 lb., 220. Ahora creo que peso 225 pero por lo general estoy entre las 220 lb. Mi mamá me dijo una vez que me vio en la televisión y que me miró muy grande. Yo le dije que siempre he estado igual. Le dije que tal vez me vio grande por la televisión o el uniforme. Cuando me visitó y me vio en persona, se dio cuenta que estoy igual.
Otra persona también me preguntó cuál es mi lanzador favorito para catchar. Cuando estoy detrás del plato, me involucro en el juego que todos son mis favoritos. Cuando estoy de receptor todos los lanzadores y el que está trabajando es como una estrella. Cada uno tiene su propia personalidad. Me recuerdo que me divertía mucho cunado lanzaba Paul Byrd, ahora con Cleveland. Nos conocíamos tanto, que pedía ciertos lanzamientos con él sólo mover su boca de una manera. No creo que ningún otro lanzador lo haga ahora.
También hay preguntas sobre la relación entre mis hermanos y yo. Siempre hemos competido, en béisbol, Nitendo o Playstation. Yadier es ocho años menor que yo, y yo tenia 17 años cuando me fui de la casa. José y yo no lo dejamos jugar con nosotros, creo que sí tuvimos algo positivo en él, ya que siguió nuestros pasos.
Pero todos en mi familia, si un día soy manager, la persona a la que le pediría que estuviera en la banca conmigo, es mi mamá. De verdad. Ella es la persona más inteligente en el béisbol. Ella nunca jugó la pelota pero aprendió con sólo ver a su esposo y sus hijos.
Ella me llama y me dice, “¿Por que le tiraste a ese lanzamiento malo? Tu sabes que con la cuenta en 0-2 a él le gusta lanzarte sliders.”
O, “¿por qué te vas con lanzamientos altos?”
Me dijo un día después de un juego, “Cada vez que había corredor en la segunda base, el primer lanzamiento que te tiraron fue un slider. ¿No te diste cuenta?”
Ella se enoja con todos nosotros y de verdad que sí. En ocasiones yo llamo sólo para saludarla y me dice. “no me importa. Me vas a escuchar ahora a mí.” Y me deja saber que está enojada de por que no le di base por bolas intencional a un bateador en ciertas ocasiones.
Sólo me puedo imaginar lo que le dijo a Yadier cuando lo expulsaron del juego por discutir con el umpire. Eso fue algo que ella siempre nos enseñó: respetar a todos. Pobre de Yadier. Cualquier satisfacción que tuvo al discutir con el umpire no es suficiente para la regañada que le dio mi mamá por el teléfono.
Nos vemos en el estadio. Gracias por escribir y por tomarse el tiempo para apoyar a los Gigantes.
Mi Primer Recuerdo
Gracias por todas sus palabras de apoyo sobre mi hit 1,000. Como le dije a los reporteros, esto es algo muy especial para mí. Yo nunca debí de llegar a las Grandes Ligas, mucho menos durar tanto para lograr 1,000 hits.
Al menos eso fue lo que otras personas pensaron de mí.
Pero siempre pienso que el béisbol siempre ha estado en mi sangre.
Cuando regreso al primer recuerdo de mi vida, es en el diamante de un campo de béisbol.
Tenía con cuatro o cinco años de edad. Mi papá, también con el nombre de Benjamín, era un segunda base de un equipo de béisbol amateur en Puerto Rico, en el pueblo de Utuado. Era un hombre pequeño, pero a mí se me hacía un gigante. Fuerte. Poderoso. Nuestra pequeña casa de dos cuartos, de ladrillos y techo oxidado estaba llena de sus trofeos de béisbol.
En este día que me recuerdo, me pasé todo el juego en el dugout. Estoy seguro de que fue la primera vez que mi papá me dejó que me quedara con él y los otros hombres. Me recuerdo que el juego iba lento y estaba en la décima entrada. El dugout estaba callado. Todos se miraban cansados y agotados por el calor y la frustración de no poder terminar el juego.
Mi papá agarró un bate, en preparación para su turno de batear. “Voy a conectar un jonrón al jardín izquierdo,” dijo. “Todos nos iremos a casa, ya estoy cansado de este juego.”
En el parque el jardín izquierdo parecía que estaba a un millón de millas. El jardín derecho estaba más cerca, el cual mi papá quizás podría alcanzar. Además, era bateador zurdo. Su poder era al jardín derecho.
“No, no,” le dijo uno de sus compañeros de equipo. “¡Ve a al jardín derecho! ¡Es mas corto!” “Me esta lanzando afuera,” le dijo mi papá. “Tengo ir al izquierdo.”
Luego camino a la caja de bateo y se preparó para batear. Y como bien dijo mi papá, le tiraron afuera. Y le hizo swing.
La pelota tomó vuelo en dirección del jardín izquierdo. Se fue levantando. El jardinero izquierdo corrió hacia atrás. Luego la pelota empezó a descender. El jardinero corrió más rápido. Apenas fuera del alcance del jardinero, la pelota pego arriba de la cerca y se fue al otro lado.
Jonrón.
Me recuerdo ver a mi papá correr las bases, con la sonrisa más grande en su cara. Salté del dugout gritando y saltando con el resto de sus compañeros.
“¡Deténganlo! ¡Alguien deténganlo!”Gritaba mi mama desde los asientos, segura de que me iban a pisotear.
Mi papá llego al plato y en medio de toda la celebración, me levanto y me sentó en sus hombros.
Esa es la escena de apertura de mi vida. Un parque de pelota. Un dugout. Y el heroísmo de mi papá.
Yo pensé que había algo mágico en ese terreno en forma de diamante, que entre esas líneas blancas cualquier cosa es posible.
Y todavía lo pienso.
Jugador De La Semana
Mi prioridad es “cachar” así que no me gusta hablar mucho de batear. Pero últimamente ha sido difícil evadir el tema.
Yo he tenido rachas buenas al bateo antes pero nunca una como la que tuve hace una semana. Fue increíble. Para repetir el resumen que anuncio Major league Baseball cuando fui nombrado l pelotero de la semana: mi promedio de bateo fue .652 (15 de 23) con seis dobles y nueve carreras impulsadas para la semana que termino el 25 de mayo, agregándole un promedio de envasarme de .654 y de slugging de 1.043.
Me gastaría poder decirles el porque un pelotero se calienta al plato. Solamente sucede. La pelota se ve mejor. Es difícil poder ponerlo en palabras, porque obviamente, tu vista no se mejora. Talvez algo se mueve en tu cerebro que te permite (por un tiempo limitado) enfocarte más. Yo no lose. Lo único que se es que mis ojos por alguna razón podían ver la pelota mejor cuando salía de la mano del lanzador.
Aquí esta la segunda parte de estar en una buena racha: cuando la pelota te llega, sabes con exactitud que hacer con ella.
En cada turno al bate siempre tengo un plan, que depende con quien esta lanzando y la situación del juego, etc. Y esto es lo mismo ya sea que este en una buena racha o no. Pero cuando las cosas marchan bien, ejecutas tu plan a la perfección todo el tiempo. Te llega el lanzamiento que esperas y le pegas como quieres.
Y por supuesto que el éxito crea confianza. Así que cuando las cosas andan bien te relajas. No presionas. No intentas de pegar un cuadrangular cuando solo necesitas un imparable. Llegas al plato con la mentalidad que nadie te puede vencer o sacar fuera.
También estoy conciente que una parte de una buena racha tiene un elemento de suerte. Se me presentaron buenos lanzamientos para pegar. No me estaban lanzando con mucho cuidado. No me estaban sacando. Tuve la oportunidad de responder y de mantener bateando.
Me ayudo que parte de la gira fue en Miami. Me encanta ese clima. Es el clima de mi niñez en Puerto Rico.
Algunas personas me preguntaron si tenia alguna superstición para mantener la racha, como no cambiarme los calcetines o tomar practica de bateo con un coach en particular. Yo no creo en las supersticiones, así que enfrente el día como siempre lo hago.
Esta noche nos enfrentamos a los Mets y estamos anticipando una victoria emocionante como la de ayer (domingo). Todavía me siento invencible en el plato. Todavía pienso que nadie me puede sacar. Aunque me saquen, yo se que estoy haciendo swing mejor y veo la peloto bien.
Es todo por ahora. Me dio gusto contestar sus preguntas así que no dejen de hacerme preguntas. En un futuro contestare más.
Como siempre, gracias por leer y apoyar a mis compañeros y a mí. Nos da gusto verlos en el parque.
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